jueves, 23 de febrero de 2012

MANERAS DE VESTIR (II). ELLAS

Bueno, pues aquí está la segunda parte del post, la
más deseada, sobre todo por mis seguidoras. La verdad es que las hay que son un
poco masoquistas y puede que alguna, después de leer esta entrada deje de
hablarme.
Si para los hombre podíamos dividir la forma de
vestir en tres grandes grupos, a saber: trajeado (con su versiones Zara, Moda
Joven, Caramelo o a medida, depende de tu estatus), casual (con su versión
“Julián Muñoz”) y sport (con su díscola versión “pantalones cagaos”), para las
féminas no es tan fácil, ya que, como se suele decir, cada mujer es un mundo, y
en algunos casos hasta dos o tres mundos distintos en la misma
mujer.
Aún así voy a intentar agrupar.
Por un lado tenemos a aquellas que llevan el estilo
“Consultora”, es decir, siempre ropa neutra u oscura, negra, gris, colores que
no destaquen, formas que no resalten las formas, pantalones rectos o faltas,
también rectas, por debajo de la rodilla, chaquetas, jersey que tapan, blusas
blancas con volantes, es decir, todo ese tipo de ropa que hace pasar
desapercibida a la misma Pilar Rubio. El estilo “Consultora” viene a ser como el
“casual wear” de las monjas, más o menos.
También están las “fashionistas”. Esas que van
divinas de la muerte, con faldas de formas imposibles, blusas que necesitan un
manual para poder ponérselas y que cada cosa quede en su sitio, telas que deben
haber llegado a la tierra en meteoritos, y claro, entre tanta doblez, vuelta,
trabilla, cinturón, fruncido y colores, al final me da la impresión de estar
viendo un caramelo de cabalgata de reyes con patas (a veces más que con paras,
con palillos)
Y me pregunto, alucinado, ¿a qué hora se deben
levantar estas chicas? Supongo que por lo menos a las 4 de la mañana para que
las de tiempo a leer las instrucciones y poder ponérselo.
Luego están las, como se dice ahora, “princesas de
barrio”, vamos, lo que viene a ser de
toda la vida de Dios, las chonis. Aquellas cuya máxima es: “menos tela es más”.
Faldas cortas, pero cortas cortísimas, como se suele decir, cinturones anchos,
pantalones cortos, ajustadísimos, incluso algunas veces pantalones de licra o
cuero tan pegados a la piel que si se tiran pedo se les salen las
zapatillas.
Y eso escotes.
Qué decir de esos escotes. Pero muchachas, taparos,
que me vais a coger un refriado.
Y aquí debo hacer un inciso para comentaros una
cosa.
Si, lo reconozco, a los hombres se nos va la mirada
al escote cuando estamos hablando con vosotras.
Lo sentimos, de verdad, no es nuestra intención,
queremos miraros a los ojos, esa es nuestra verdadera motivación, pero algo en
nuestro interior nos obliga a bajar la mirada, y lo pasamos, no mal, fatal,
porque nos dan mucha vergüenza esas situaciones. Así que si alguna vez nos
pilláis con la mirada desviada hacia ciertas zonas comprometidas, por favor, no
nos lo tengáis en cuenta, simplemente apiadaros de nosotros. A cambio dejaremos
que nos miréis el culo…jejeje.
Y dejando de lado la ropa, pues ya sólo quedaría el
grupo de las que visten normal, que son la mayoría, y con las que al final nos
casamos, pasemos al tema complementos y maquillaje.
Y en estos temas, normalmente, el problema está
siempre en el exceso, porque yo he visto, por ejemplo, anillos que necesitan una
carretilla para pode ser llevados. Juro haber visto pequeñas ciudades creciendo
en esos anillos.
Y con el maquillaje tres cuartos de lo mismo. Hay
algunas que por la mañana tienen que montar el andamio y todo para poder echarse
las paletadas de pintura. Y supongo que eso no sale a no ser que se laven con
aguarrás.
Pero chicas, que a nosotros nos gustáis más
naturales, con vuestro defectillos, vuestras arruguitas, vuestras patas de gallo
y algún que otro pelo suelto que da alegría. Por eso nosotros, algunas
veces….bueno, bastante veces, no nos afeitamos, porque sabemos que también os
gustamos naturales, en plan salvaje, estilo hombre de las cavernas.
Y para terminar esta magnífica entrada, una última
reflexión, con la que seguro que estaréis de acuerdo conmigo.
Si un chico ve que un compañero suyo lleva una
camiseta o una camisa igual a la que él tiene, irá corriendo a decírselo, todo
orgulloso, porque esas cosas nos unen como machos, e incluso quedarán en
llevarla los dos el mismo día y ya serán como hermanos de camiseta para toda la
vida, que es un lazo más fuerte incluso que el de hermanos de
sangre.
Pero, ay, como una chica vea a otra con alguna
prenda que ella misma
tiene. Se callará, agachará la cabeza, avergonzada por si alguna de sus amigas
se ha dado cuenta y se lo comenta, y en cuanto llegue a casa intentará
deshacerse de esa prenda para no volver a verla nunca más. Y si ya, por
casualidades de la vida, llegan a coincidir las dos el mismo día, con la misma
prenda, eso es la hecatombe. Las dos estarán evitándose durante todo el día,
intentando no pasar ni cerca de la otra, y ambas dos, en cuanto lleguen a casa,
llevaran a cabo el proceso de destrucción y ocultación de las
pruebas.
En fin, resumiendo, que cada uno se ponga lo que
quiera, mientras a él le gusta, ¿Qué importa lo que los demás puedan opinar? Que
ya se sabe que las opiniones son como el culo, cada uno tiene el suyo y le
parece el mejor.
Hasta pronto.

MANERAS DE VESTIR (I)

Hace algún tiempo, una compañera vino con las uñas pintadas. Vale, hasta aquí
todo normal, lo que no era tan normal era ese color que se me puso. Creo que
junto a la Gran Muralla China, era lo único creado por el hombre que se podía
ver desde el espacio.

Y claro, esto me hizo reflexionar sobre la manera de vestir y
complementar en el trabajo.

He de decir que aquí en mi curro no tenemos uniforme, aunque hay alguna
amiga, como Gloria L. que dice que a ella la parecería fenomenal que lo
usáramos, que así no tendría que andar por las mañanas pensando qué ponerse. Bueno, yo he visto a
algunos que tampoco es que se lo piensen mucho (entre los que me
incluyo)

No, en serio, estaría bien tener uniforme. Pantalón gris de pinzas,
jersey de cuello de pico azul marino y camiseta blanca de cuello vuelto para
ellos. Falda a cuadros tableteada, blusa blanca y rebeca azul para ellas (más de
uno vería sus fantasías cumplidas). Y por supuesto el escudo grabado en el
pecho.

Y así, cada vez que termináramos algún proyecto bien, podríamos correr
por toda la sala, besando el escudo, como los futbolistas, haciendo algún tipo
de celebración absurda, como cuando ellos hacen que limpian las botas del que ha
marcado el gol, pues nosotros podríamos hacer como que limpiamos el teclado del
que haya hecho el bucle más complicado (este es un término informático que mucho
no entenderán, y los de la LOGSE, menos)

Pero hasta que nuestros jefes se decidan a imponer el uniforme (que
bonito sería vernos entrar y salir a todos a la vez, uniformados, llevando el
paso, saludando a nuestro director que, asomado al balcón, nos arengaría para
trabajar con más ahínco), pues hasta que esto suceda, cada uno va como quiere, o
como puede, o como le dejan.

En mi departamento, concretamente, la vestimenta es signo de categoría.
Tú eres un currito normal, que puede ir a trabajar en vaqueros y camiseta, pero
en cuanto te dan la noticia de que te hacen jefe, lo primero que tienes que
hacer es comprarte un traje, porque el cargo va acompañado de un cambio de
indumentaria, para poder distinguir a las distintas castas del departamento. Es
algo así como que te hacen jefe y ya tienes que ponerte corbata, para recordarte
que tienes la soga al cuello.

En otros departamentos no sucede lo mismo, ya que hasta los curritos más
básicos van en traje, menos los viernes, que se puede ir de “casual wear”, o lo
que es lo mismo, pantalones de pinzas y polo.

Y aunque aquí nos dejen venir, más o menos, como queramos, bien es cierto
que hay algunos/as que se pasan.

Tengo algún compañero que va con el look “pantalones cagados”, creo que
todos sabéis a lo que me refiero. Que eso está muy bien para ir por la calle
haciendo el ridículo, cada cual a lo suyo, pero vamos, me parece excesivo para venir al trabajo, que
esto no es Googles. Si los calzoncillos se llevan por debajo del pantalón
(excepto supermán, que tiene que dejarse las mallas finas con cada uno de sus
super cuescos), será por algo, que no tengo yo gusto por ver la ropa interior
que te has puesto (al contrario que nos sucede con las mujeres. Qué curioso
efecto, habrá que estudiarlo en profundidad), sobre todo porque la de los tíos,
excepto si nos olemos que puede haber plan, no suele ser muy bonita, nos
decantamos más por lo cómodo, pero eso sí, limpio, que ya nos lo decían nuestra
madres: “ponte ropa interior limpia, imagina que te pasa algo y te llevan al
hospital, que vergüenza si vas con los calzoncillos viejos.”

Lo normal, entre los que vamos de vaqueros, es que no tengamos muchos
reparos en ponernos los primero que pillamos del armario por la mañana. Esto
viene a ser: el vaquero (no unos vaqueros, sino “los vaqueros” que tocan ese
mes), camiseta y algo encima (polo, camisa a cuadros o jersey), que nos
quitaremos en cuanto entremos en la oficina, y “el abrigo”. Y es que nosotros,
cuando pillamos un abrigo calentito, cómodo, y que más o menos nos siente bien,
se convierte en nuestro mejor amigo y vamos con él a todas partes, sin importar
que sea un día de diario, fin de semana o nuestra boda.

Luego están los que llevan el estilo “Julián Muñoz”, esto es, camisa o
polo metidos por dentro del pantalón, y el pantalón subido hasta los mismos
sobacos, que tiene que ser como llevar un tanga con perneras. Además este estilo
lo suele llevar gente que no marca abdominales precisamente, bueno si, pero sólo
marca una abdominal, profusa y amplia, y claro, el estilo “Julián Muñoz” lo
único que consigue es potenciar sus “cualidades” y comprimir su, como diría mi a
amiga Kuki, su “carisma”.

Y no puedo terminar el repaso a la moda masculina de mi curro sin hacer
una mención especial a un chico que ya no sigue con nosotros, pero que marcó
tendencia. Con un estilo propio denominado “aprovechamiento integral de la
ropa”, que consistía en usar la misma ropa desde los 17 años, o al menos en
comprarse la misma talla. Camisas con los botones suplicando poder escapar, y
pantalones de vestir, no ya pesqueros, sino directamente piratas. Que en un tipo
alto como él, le conferían un aspecto altamente ridículo.

Y hasta aquí la moda masculina. Me reservo para el próximo post el repaso
a la indumentaria femenina, aunque desde ya advierto que puede haber comentarios
altamente machistas, influenciados más por la ignorancia que por la malicia, así
que agradezco cualquier aportación que vosotras, féminas currantas, podáis
hacerme.

EL MORRO ITALIANO ES ALARGADO

Hay canciones en la vida que parece que te han
acompañado siempre. Las tienes en tu
memoria, te vuelven cada cierto tiempo, te sorprendes a veces tarareándoles sin
venir a cuento e incluso, la mayoría de las veces, no sabes ni de quienes
son.

Pero están ahí, has crecido con ellas, forman parte de ti, y sin embargo,
nunca te has parado realmente a escucharlas, no sólo a oírlas, hasta que un día,
de repente…click, aunque se ajusta (o se desajusta) en tu cabeza multitarea, y
le prestas una atención especial.

Esto mismo me ha pasado recientemente con una canción muy conocida, esa
de “…la vida es así, no la he inventado yo…”, seguro que la mayoría la conoceis.
Se titula “El Jardín Prohibido”

Pues bien, otro día me la mandó mi amiga/compañera/contacto Ana M, en una
nueva versión cantada por Sergio Dalma. Y me dio por escucharla, detenidamente,
con atención. Y cuanto más la oía, más me asombraba, y cuanto más me asombraba,
más ganas me daban de oírla.
Os pongo la letra, y una traducción libre que he
hecho, para ayudaros a que la comprendáis.
Disfrutadla y, en caso de necesidad,
usadla.
EL JARDÍN PROHIBIDO – Sandro Giacobbe
(No podía
ser más que italiano)
Esta
tarde vengo triste y tengo que decirteque tu mejor amiga ha estado entre mis
brazos
(Este
tío es tonto. Si la parienta no te ha pillado con la cola fuera, ¿para qué lo
confiesas?)
sus
ojos me llamaban pidiendo mis cariciassu cuerpo me rogaba que le diera
vida.
(La
verdad es que la amiga es un poco pendón desorejado. Claro al pobre chaval se le
pone toda húmeda, y a ver qué va a hacer.)Comí del fruto prohibido dejando el
vestidocolgado de nuestra inconscienciami cuerpo fué gozo durante un
minuto,
(Bueno,
pero si encima el tío es eyaculador precoz “..mi cuerpo fue gozo durante un
minuto…”)mi mente lloraba tu ausencia.no lo volveré a
hacer más.No lo volveré a hacer más.
(Si,
claro, ahora, después de ponerle a la mujer unos cuernos que ni el padre de
Bambi.)Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojosdecían
cansados que eras tú, que eras tú.Que siempre serás tú.
(Que no
cariño, no sufras, que mientras la metía en caliente en realidad pensaba en ti.
Ja,ja,ja…pero que jeta que tiene este tío.)Lo
siento mucho la vida es asíno la he inventado yo.
(Es que
tu amiga la guarrona me lo puso a tiro, no podía hacer otra cosa. Claro, y la
patada en los huevos que te va a dar tu parienta también la va a sentir mucho,
pero la vida es así.)Si el placer me ha mirado a los ojosy cogido
por mano yo me he dejado llevar por mi cuerpoy me he comportado como un ser
humano
(Basicamente, que al ver a la otra enseñando las
bubis, se le fue toda la sangre al mismo sitio y dejó de
razonar.)lo siento mucho la vida es asíno la he
inventado yoSus besos no me permitieron repetir tu nombre, y el suyo
sípor eso cuando la abrazaba me acordé de tí(Este tío es mi ídolo. Dobles cuernos. A la
parienta por tirarse a la amiga, y a la amiga por estar pensando en la parienta
mientras se frotan)comí del fruto prohibidodejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia.mi cuerpo fué gozo durante un minuto,mi
mente lloraba tu ausencia.no lo volveré a hacer másno lo volveré a hacer
más
(No lo
volverá a hacer más. Al menos hasta que se le ponga otra a tiro. Pero que no
sufra la mujer, que luego se acuerda mucho de ella.)pues mi alma volaba a tu lado y mis ojosdecían
cansados que eras tú, que eras túque siempre serás tú
(Yo creo
que pensaba en su mujer como técnica para no irse tan rápido y que la amante no
se mosqueara)lo siento mucho la vida es asíno la he
inventado yoSi el placer me ha mirado a los ojosy cogido por mano yo
me he dejado llevar por mi cuerpoy me he comportado como un ser humanolo
siento mucho la vida es asíno la he inventado yo
(Un crack
el menda. Si alguna vez se me ocurre ponerle los cuernos a mi señora esposa, si
me pilla, la pongo esta canción, como escusa, que seguro que lo entiende
perfectamente y me perdona.)
…….
Pues bien, hablando con distintas féminas del
trabajo, todas llegaban a la misma conclusión, que si un italiano te pone los
cuernos, pero luego te pide perdón de esta forma, con estas palabras y con ese
acento suyo, pues que hasta le perdonas. Y les faltó decir que incluso le pones
un piso.
Es que decían que los italianos tienen mucho
carisma. Vamos, lo de siempre, que el tamaño del carisma sí que
importa.

Sois la leche las mujeres. Nosotros no nos dejamos engatusar por un
acento meloso (excepto si es de una bonaerense) , somos más básicos, nos basta con que se vea
algo de carne para hacer lo que nos digáis, y creernos cualquier cosa que nos
contéis.

Si es que en el fondo os lo ponemos muy fácil, hacéis con nosotros lo que
queréis, excepto con los italianos, que esos son vuestro talón de Aquiles. Por
eso viven en una bota.
Arrivederchi ragazze (y si cuela,
cuela)