“Entonces te gusta hacer fotos”
“Si, no se me da mal”
“¿En bodas, bautizos y demás?”
“No, soy más de fotografía nocturna”
Y entonces es cuando te miran con los ojos muy abiertos, y
cara de “este tío está tonto…”
“Nocturnas…..con flash y eso”
“No, no…..no usamos flash”
Y ahí, definitivamente, tu interlocutor da un paso atrás,
gira sobre sus talones y discretamente, huye, primero a pasitos cortos para terminar alejándose a la carrera,
intentando alejarse de ese psicópata que hace fotos a la oscuridad…..
Esta, más o menos, es la primera impresión que puede causar
un fotógrafo nocturno, ante un neófito en tal materia.
Y es que suena raro, muy raro, eso de ir a hacer fotos por
la noche…y que cuanta menos luz haya, mejor…es como si un cocinero dijera: “Soy
cocinero antimateria, cuanta menos comida haya, mejor”…..bueno, bien pensado, eso es lo que pasa en el Bulli…..
A lo que vamos, que la fotografía nocturna es una gran
desconocida, como una champions para el Atleti. Han oído hablar de ella, pero
no la han disfrutado. (Quizás este párrafamo me lo tenga que comer en 24 horas.)
Y realmente, si lo pensamos bien, ¿a quién, en su sano
juicio, se le ocurrió por primera vez, hacer una foto por la noche?
Me imagino a un gran fotógrafo, de esos que exponen, de
cuando se usaban carretes, presentando sus fotos a una galería, y el marchante
pasando foto tras foto, y todas en negro, todas….y mirando al fotógrafo con
cara de no saber qué pasa, hasta que
este le dice: no te asustes, es que estoy probando a hacer fotos nocturnas. Y
así nació esta disciplina, de la vergüenza de un fotógrafo a reconocer que, en
realidad, se le olvidó quitar la tapa del objetivo.
Pero bueno, la cosa ha evolucionado y los fotógrafos
nocturnos ahora son los mejores clientes del conejito de duracell…..el de las
pilas, no el del local ese con neones de
la A1.
Cualquier fotógrafo nocturno que se precie, ha de tener más
linternas que pecas Pablo Motos…..grandes, pequeñas, largas, cortas, cálidas,
frías, semis, desnatadas, de luz roja,
azul y verde…que algunos fotógrafos, en la mochila, tienen incluso que poner la
señal de “peligro de electrocutación”.
Eso si, luego, se va la luz en casa, e iluminan con el móvil
o con una vela, porque claro, las linternas son sagradas y sólo se usan para
las fotos.
Otra cosa curiosa de estas aves nocturnas es que no les vale
cualquier paisaje o entorno donde desarrollar su rara actividad. Cuanto más
lejos, más desolado y de más difícil
acceso sea…mejor…son como Indiana Jones, pero con un trípode en lugar
del látigo y un frontal donde debería estar el sobrero.
Que una persona cabal, en su sano juicio, pensaría: “Fotos
nocturnas. Pues me voy a la Gran Via en Navidad y me salen unas fotos nocturnas
cojonudas”
Pues no, ellos piensan: “Cuenca, 3 de la madrugada, paisaje
desolado, sin luna, nubes a cascoporro, frío, invierno en mitad de la meseta
castellana, una torre a punto de desmoronarse sobre mi y no tengo
cobertura……este es el sitio perfecto, voy a sacar una linterna.”
Así son….
Y claro, luz que va, luz que viene, risas…..algún paisano
del pueblo más cercano que lo ve y la benemérita que se presenta.
“Buenas noches señores. Que, ¿cazando gamusinos?”
“No agente, haciendo fotos.”
“Ya, haciendo fotos, de noche…..era más creible lo de los
gamusinos. A ver, los papeles y vayan soplando aqui.”
Afortunadamente, no conozco a ninguno que haya acabado en el
cuartelillo….al menos por estar haciendo fotos nocturnas, por otros temas, más
privados, alguno da el perfil de que si…..
Aunque cualquier día si que acabarán detenidos, porque otra
de sus pasiones es colarse en lugares prohibidos.
Allá donde haya un hospital abandonado, rodeado de alambre
de espinos, donde unas ruinas estén vigiladas por un guarda, donde un parque
natural se encuentre protegido, allá habrá un fotógrafo nocturno dispuesto a
arriesgar su integridad física, que no la de su cámara, en busca de un encuadre
virgen.
Y en este punto, hay que hablar de lo celosos que son de sus
descubrimientos. He visto a muchos de ellos, acariciando un papel con
coordenadas y diciendo: “Miiio, mi tesoro.”
Que dos fotógrafos nocturnos pueden estar hablando de fotos,
encuadres, linternas y objetivos durante horas y horas, de buen rollo, pero
como a uno de ellos se le ocurra preguntar: “¿Y dónde está este sitio?”……..se
hace un silencio sepulcral, una mirada fría y cargada de odio le recorrerá y, a
partir de entonces entrará a englosar la lista negra de los aprovechados, que eso es
peor que estar en la lista de morosos.
Bien, ya tenemos el lugar, alejado, peligroso, nocturno y
abandonado de la mano de Dios. Tenemos la luz perfecta, o sea, ninguna. Tenemos
el material, cámara (con nombres tipo Cannon Mark 7, full highway to heaven HD
Explorer 9), linternas (decenas de ellas), trípode (de esos que adoptan
posturas que ni las mejores actrices porno), el bocadillo que le ha preparado
su pareja y la botellita de agua. Y al fin…hacemos la foto. 3 horas de
carretera, 1 de andar por desfiladeros y caminos de cabras, otra de bajar
porque se ha olvidado la linterna mini pro de luz azulada en tono verdoso, otra
hora de vuelta a subir, dos horas más de colocación del trípode, encuadre, este
no me gusta, quita que sales meando, esa brizna de hierba me hace reflejo,
cambio de sitio, ilumina tú, no, ilumina tú, tontorrón, ostras que no me he
traido el disparador, bocadillo, luces, cámara, acción….y al final, te vuelves
con una foto…..una foto….12 horas…una foto.
“¿Me puedes enseñar la foto que hiciste anoche?”
“NOOOOOOOOOO…..¿Cómo me pides eso? ¿me quieres hundir en la
miseria? Ay señor, llévame pronto. ¿Cómo me pides que te enseñe la foto……………si
aún la tengo sin procesar?”
Sin procesar.
Sin procesar….
Procesar…
Cesar….
Aaaaar……
Si señoras y señores….12 horas, una foto, pero no se puede
mostrar antes de procesarla. Antes de que ajusten en una micra ese brillo,
antes de que el color negro del cielo, no sea negro, sino “tirando a negro”,
antes de que esa estrella que me ha hecho traza de 0,00000001 milímetros quede
perfecta, antes de que ese musgo verdeazulado que está sobre una china, en el
fondo de la imagen, tras el árbol robusto y viril, quede en tono verde.
Si para hacer la foto se tarda unas cuantas horas, para
procesarla se pueden tardar días, semanas e incluso hay gente que años después
sigue procesando sus primeras fotos.
Pero bueno, así les tenemos entretenidos y no molestan.
Si, han leído bien, les tenemos, porque yo no soy un fotógrafo
nocturno, yo soy pareja de una afamada fotógrafa nocturna. Soy el que se queda
en casa, salvaguardando el hogar, el que sufre al calor de la mantita cuando
fuera está nevando, el que prepara el bocadillo de salchichón, el que mete la
pata cuando dice: “esa foto parece día” y ella me mira con odio mal disimulado
y contesta con los dientes chirriando: “es contaminación lumínica”.
Como decía la canción: “Yo, soy esa”.
Pero al final, cuando después de tanto sufrimiento, frío,
carretera, cabreo, desolación y falta de sueño, ves que terminan la foto, y que
sonríen, y que son felices, entonces sabes que todo eso, ha merecido la pena.
Que bien escribes jodio, aunque todo esta muy exagerado como buen monólogo, te ha quedado redondo
ResponderEliminarJejeje muy bueno de verdad que si, no es tan exagerado Paco, se acerca mucho mucho a la realidad.
ResponderEliminarBuenísimo , de verdad. Y , a mí me da pereza la FN, es que se hace de noche, y yo me suelo acostar pronto.
ResponderEliminarQue bueno se lo voy a mandar ami mujer a ver que dice jajajajaj
ResponderEliminarJajajajaja..... Bbuenísimo y muy, pero que muy acertado
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