miércoles, 18 de abril de 2012

PUNTO POMADA, Y PUNTO.


Advertencia: Entrada dirigida a las cupcakeadictas. Aviso, hay más términos raros que en un manual de álgebra y estadística juntos.

Cupcake, cakepop, buttercream, icing sugar, fondant, sugarflair, CMC, tragacanto…y lo que te rondaré morena.

¿Me he vuelto loco? ¿Me ha dado por hablar idiomas raros? ¿Estoy poseído por el maligno?

Pues si,  todo eso y algo más.

He descubierto el maravilloso, embaucador, enigmático y rosado mundo de la repostería creativa.

Recién exportado por las más mujeres más independientes, sofisticadas y pijas de la televisión (Sex in the City), aunque yo creo que todo esto es una conjura de los fabricantes de mantequilla y azúcar glas, porque el consumo de dichos productos se ha debido disparar algo así como un millón por ciento desde hace más o menos un par de años.

Y es que, como sigamos a este paso, no va a haber vacas suficientes para hacer toda la mantequilla que vamos a necesitar las cupcakeadictas. Y si, habéis oído (o leído más bien), he dicho “LAS”, porque este mundo es básicamente, y con excepciones, femenino en todas sus extensiones, así que cuando uno de nosotros se adentra en este azucarado mundo, y se pone su primer delantal rosa, queda atrapado por toda la gama de colores pastel, y para muestra, la foto que os pongo (no os riais demasiado….bueno, si, reiros).

El caso es que hace cosa de un año me dio por mirar la página de una tal Alma (www.objetivocupcake.com), una chavalita que está empezando en esto, y que bueno, no se la da mal del todo….me quedé prendando de aquellas cosas que en mi casa siempre se habían llamado magdalenas (o madalenas, según lo diga mi madre o mi abuela), y que ahora se llamaban cupcakes, con aquellos colores, que fijo tenían que ser radioactivos, aquellas formas imposibles, y esos sabores y olores que daban ganas de lamer la pantalla (el que no haya estado a punto de hacerlo alguna vez, que tire el primer esténcil).

Total, que me puse a escarbar un poquito más y me decidí a hacer algún curso, más que nada para aclarar mis dudas, porque entre la glasa, el fondat y el buttercream, tenía un cacao en mi cabeza que ni el chocolate sin azúcar de valor.

Mi primera opción fue intentarlo en uno de los cursos de Alma, pero, sinceramente, el día que salen los cursos, eso es peor que el primer día de rebajas, cuando las marujas se pegan por unos pantalones pitillo que no les caben, pero son tan baratos….es la guerra poder conseguir plaza en los cursos, creo que ni con recomendación  Real se puede. Alma, si estás leyendo esto, se sincera, ¿qué echas en el café que todas quieren repetir?

Descartada esa primera opción, busqué algo más cercano, y descubrí  DeCake (www.decake.com) , muy cerquita de El Retiro. DeCake es….es…es la tienda de cupcakes por antonomasia, es todo lo que cualquier cupcakeadicta sueña por las noches tras aspirar un poco del azúcar glas que revolotea por el aire al hacer el buttercream. Decake es rosa, y creo que esa es la mejor forma de explicar cómo es.

Me vine con unas galletas de Halloween divinas de la muerte y la sensación de que me había quedado enredado en una tela de algodón de azúcar.

Y a partir de ahí una obsesión por los colorantes más brillantes, los aromas más extraños y los cortadores de pasta con las formas más imposibles.

Y como consecuencia de todo ello el mayor y más fascinante descubrimiento que he podido hacer en este mundo: Dulces Ilusiones (www.dulcesilusiones.com) y su dueña, creadora, profesora, entusiasta, emprendedora, vivaraz y siempre sonriente Natalia al frente.

Si DeCake es rosa y todo lo que ello involucra, DI (es que escribir tantas veces Dulces Ilusiones, al final parece un trabalenguas) es verde….y lo que eso implica, por distinto, por esperanza, por luminoso…que más puedo decir, hay que ir y verlo, y sobre todo conocer a Natalia.

Ella es de esas personas que cuando las ves sabes que se entusiasman con lo que hacen, que lo viven las 26 horas del día, y eso se nota cuando ejerce de profesora.

Y bueno, una vez pasado este paréntesis peloteril, volvamos a lo que nos ha traído hasta aquí: los cupcakes, porque después de toda esta parrafada, algunos os preguntareis: “Pero en el fondo, ¿qué **** es un cupcake?” Bueno, pues como he dicho al principio, un cupcake es, básicamente, una magdalena que ha pasado por Adelgar, es decir, ha perdido su panza, pero que la ha compensado con un floreado y edulcorado vestido de madrina de honor.

Y para que esta entrada sea didáctica a la par que divertida, os voy a explicar alguno de los conceptos básicos para los neófitos y los curiosos:

                Glasa: mezcla de azúcar glas y claras de huevo. Tiene dos puntos básicos: como cola de carpintero y como pasta de dientes. Y viendo estas definiciones, aún no se cómo esto ha podido triunfar. ¿De verdad os comeríais algo si os digo que puede parecer cola de carpintero o pasta de dientes?

                Fondant: Simplificando, es como plastilina comestible, aunque para los menores de 3 años no hay diferencia entre una y otra, las dos les parecen bien ricas. Es una masa de azúcar y, seamos sinceros, es muy bonita, se puede modelar, hacer mil figuras, flores y todo lo que nuestra imaginación sea capaz de alcanzar (si, cochinos, cosas cochinas también, pero hay niños leyendo esto y no es momento de contar más), pero en el fondo no hay dios que sea capaz de comerse una figura de fondant, porque es puro azúcar, y si lo haces, fijo que (perdón por lo escatológico) , te salen las almorranas garrapiñadas.

                Colorante: Bufff, aquí hay de todo. Imagina un color, el más raro, el más imposible, pues existe en pastelería. Los hay de varios tipos: en gel, líquidos, en polvo, vamos, como los lavavajillas.

                Aromas: Lo mismo que con los colorantes, hay de todo, desde el normal de limón o vainilla, hasta los más extraños, como coca cola o aroma de mantequilla para echar a cosas hechas con mantequilla…..doble mortal sin red.

Buttercream: Esta es la crema que se suele poner por encima de los cupcakes, una crema hecha a base de mantequilla y azúcar glas y a la que se puede añadir, básicamente, cualquier cosa que tengas en la nevera, desde queso de untar, hasta fresas o chorizo. Y aquí dejo la idea por si alguna (¿Alma?) se  atreve a hacer unos cupcakes de garbanzos con chorizo, si es que Ferrán Adriá no lo ha hecho ya.

Y esto es lo básico, que luego nos podemos meter a ver todos los cacharritos que se pueden usar, desde cortadores de galletas a moldes de silicona o mi preferido, las boquillas para mangas pasteleras. Yo, antes de todo esto pensaba que sólo había dos tipos de boquilla para manga pastelera: la de hacer churros y la de echar la nata, pero para nada. Literalmente, hay decenas. Para hacer flores, para hacer hojas, para hacer cestas, de estrella abierta, de estrella cerrada, lisas, y cada una de ellas en distintos tamaños, lo que viene siendo, básicamente, una locura. Yo sólo digo que a partir de este mes, tengo domiciliada mi nómina en la tienda de Dulces Ilusiones.

Y aún queda lo mejor de todo, porque este fin de semana (21 y 22 de abril), se celebra Expotarta (www.expotarta.com), algo así como un salón de comic, pero el lugar de frikis peludos disfrazados de Sailor Moon y dulces féminas caracterizadas de zombies sangrientos, tendremos frikis puestos hasta arriba de azúcar glas dispuestos a dilapidar su sueldo del mes en los artefactos más variopintos, y entre ellos me incluyo. Por cierto, ¿veremos a alguna disfrazada de cupCake, con gorrito y todo? Yo apuesto que si.

Y recordad algo muy importante que os podrá salvar en más de una ocasión: el azúcar glas de la Thermomix no sirve.

Pues eso ha sido todo por hoy,  que espero que os haya gustado y divertido. Que si no conocíais este mundo, aún estáis a tiempo de huir de él y vivir una vida normal, y si ya lo conocíais, entonces seguro que nos vemos en Exportarta.

miércoles, 14 de marzo de 2012

YO SI SOY TONTO (I). PAGAR POR SUFRIR.


Pues si, lo confieso, yo pago por sufrir. Y no, no es que ahora me haya dado por practicar sadomasoquismo (cuando estás pasado de kilos, el cuero ajustado no sienta tan bien), es algo parecido, pero no incluye cera caliente en los pezones y pinzas en el escroto, de momento.

El martes pasado, sobre las 19:50 de la tarde estaba yo sudando, jadeando, realizando un ejercicio rítmico, pélvico, y lo peor de todo es que no estaba echando un polvo, estaba en plena sesión de spinning (para los de la logse, spinning es un deporte, no es nada relacionado con tuenti ni twitter ni mierdas de esas, al contrario que con esto último, el spinning se practica rodeado de gente de verdad a la que, sobre todo, puedes oler).

Pues si, estuve 45 minutos de mi valiosa vida pasándolo mal, maldiciendo cada cambio de potencia, cada subida de ritmo, cada pedalada que retumbaba en mis piernas como si una vorágine de hormigas rojas indignadas estuviera acampando en mis hermosos gemelos, con sudor corriendo por mi cara, medio ciego, medio asfixiado….en fin, lo que viene a ser un desastre, un pellejo de persona. Y luego, a final de mes, me cascan 45 eurazos.  G-I-L-I-P-O-L-L-A-S

“Angel, tú estas tonto.” – Retumbaba en mi cabeza mientras un chico alto y joven me gritaba desde un escenario: “Vamos clase, todo está en vuestra cabeza, subimos una más” -  ¡Tú puta madre en la cabeza!. Coño, que no paraba el tío de rajar, mientras yo tan sólo podía jadear y boquear como un salmón fuera del agua. Había momentos que sólo le faltaba decir: “A mediodía…….alegría y otra subida” para parecer Leticia Sabater con rabo (bueno, nadie descarta que la original también disponga de semejante órgano).

Total, que después de esta experiencia, donde en los últimos minutos incluso veía una luz al fondo de un túnel oscuro (no descarto que fuera porque tenía la cabeza contra la pantallita del velocímetro), vosotros pensareis que ya no vuelvo más…..pues no, no solo voy a volver, si no que ya llevo más de dos meses sufriendo cada martes y jueves cual cristiano en circo romano, solo que estos no tenían que ser devorados por los leones al ritmo machacón del Máquina Total XIV……..bum, bum,bum…..ains, quién fuera cristiano (Ronaldo, mejor)

Y es aquí, cuando la sangre ha vuelto a mi cuerpo, cuando he recuperado mi espíritu, escurrido de la toalla de sudor, cuando he pensado que si, que somos tontos, pero no tontos de tontos, si no tontos de gilipollas, y he pensado en todas las veces que pagamos para sufrir. ¿Alguna vez os habéis parado a pensarlo? ¿No?  ¿Ni sentados en la taza del vater?

Paso a describiros algunas de tales situaciones, y seguro que al terminar de leer, os mirareis al espejo  y os diréis: “¿tú estás tonto o qué?”



Situación 1: Depilación.

                Chicas, ya sea con epilady, cera, cuchilla o laser, he de deciros una verdad que no queréis asumir: Duele, si, y mucho.

No os podéis creer todo lo que sale en la tele. ¿Es que no os dais cuenta que esas chicas de los anuncios, antes de depilarse ya tienen las piernas libres de pelos? ¿Qué se van a quitar, la piel? Jamás he visto un anuncio de depilación en la que primero salga una chica con las piernas peludas cual Pantoja y luego con las piernas como las de un bebé. Y lo peor de todo es que también os creéis que nuestras maquinillas de afeitar  nos van a dejar como a los de los anuncios…..¡Por Dios Santos, que esos tíos no han tenido barba en su vida, que seguro que son “nenucos”!



Situación 2: Dieta.

                Esto, más que un sufrimiento físico, que también existe, sobre todo para la pareja y allegados de quien hace dieta, es un sufrimiento mental, porque por mucho que te digan que es la dieta de la alcachofa, la de la piña o de la Dunkan Dhu, y que no se pasa hambre, si, se pasa hambre, os lo digo yo, y más que hambre es ansiedad por las cosas que no puedes comer.  Coño, que cuando estás a dieta hasta la hamburguesa de pescado del McDonals te parece apetitosa……bueno, no, me he pasado. Y claro, lo que te cuesta, no sólo si vas a una clínica, si no todas las mierdecillas que tienes que comprar. Báscula para pesar miligramos de grasa, salvado de avena (esto no lo comen ni las gallinas ya), proteínas en polvo….con lo bueno que es comerse un filete lleno de proteínas y luego echar un polvo.



Situación 3: Tatuaje.

                Mirad, si yo un día me presento en vuestra casa y os digo que os voy a hacer una herida usando una aguja que os voy a clavar como 1000 veces por segundo, y que encima la herida se os puede infectar….vamos, los más suave que me hacéis es darme un collejón que se me ponga la nuca en la nuez, pero claro, si os lo hace un tío con más aros en el cuerpo que Cobi y cara de mal hostia, no sólo lo hacéis alegre y felices, sino que encima le pagáis una pasta por haceros un garabato en el cuerpo, que si eso os lo hace vuestro hijo con el boli le tenéis castigado hasta que Pablo Motos se deje ganar en algún juego.



Y así se podría seguir con un largo etc, como por ejemplo pagar por unos zapatos con tacón de 20 cm que sabes que te van a destrozar los gemelos y las espalda, y que para lo único que van a servir es para que la mujeres se rían de tu caminar de pato mareado y los hombres se fijen tan sólo en tu culo respingón.



Y no me quiero despedir sin  mencionar la situación por antonomasia en la que hay gente que paga, y una pasta gansa de verdad, por sufrir, no sólo durante 5 minutos, 1 día o 1 mes, sino que sufren y mucho, por años y años y años. Los socios del Atlético de Madrid.

Y aquí lo dejo.

jueves, 1 de marzo de 2012

El misterio de la taza

El otro día me vino la inspiración, y viendo el título de la entrada, supongo que sabreis donde me vino.
Si, en ese lugar de retiro espiritual, donde todo hombre se encuentra consigo mismo, donde el tiempo fluye a otro ritmo, y los minutos se desvanecen como acuarelas bajo la lluvia, hasta que se te duermen las piernas y ya no te puedes levantar.

Si, señoras y señores, estoy hablando del vater (¿water, w.c., excusado, baño?), lugar de peregrinación, donde incluso el más afligido encuentra alivio, y si no, que se lo pregunten a Carmen Machi o José Coronado (la cara de mal hostia de Santos Trinidad es fruto de dejar de comer bífidus. Y es que esas cosas, a la larga, enganchan).

Y estando yo concentrado, meditabundo, inmerso en mis pensamientos y en mis esfuerzos, me vino a la cabeza una idea: "¿cómo es posible que el vater de cada uno sea el más cómodo y adecuado para su culo? (supongo que en un blog se puede poner culo, que lo mismo lo revisa el señor Google y me lo tacha)"

¿No lo habeis pensado nunca? ¿Nunca os ha surgido una cuestión como esa?, supongo que no, porque entonces habríais ido corriendo a crear un blog para plasmarlo, porque supongo que eso es lo que se hace normalmente en estos casos.

Bueno, a lo que vamos, que nos desviamos del tema, y si hablamos de vateres y de desviar, nos llevamos una bronca seguro, sobre todo si somos hombres (si, chicas, a veces no podemos controlar la presión y algo se nos escapa fuera. No seais crueles y no nos lo tengais en cuenta)

Da igual que vayas al hotel más caro del mundo, el mejor, 6 estrellas super premium plus con jacuzzi dentro la piscina, dentro de la habitación, dentro de la cama, que a tí te viene el apretoncillo, vas a ese baño reluciente, con marmol que brilla como si fueran espejos, con el suelo calentito, hilo musical, papel higiénico de seda, te sientas en la taza y..........no, que no le pillas tú el sitio, que te remueves, te levantas, miras por si no has levantado la tapa (que puede ser), te vuelves a sentar, acomodas el culo (y van dos veces), levantas las piernas, estiras los brazos y nada de nada, no estás cómodo, así que terminas corriendo, deseando levantarte cuanto antes de ese potro de tortura aterciopelado, y piensas lo que todos hemos pensado: "Como el de casa, ninguno". Y ahora permitidme ser un poco escatológico, pero es que cagar (perdon señor Google) con prisa no es bueno, cada cosa requiere su tiempo.

Y es que es cierto, yo no se porqué, pero como el vater de nuestra casa, ninguno. Será que le tenemos pillada la medida, o que tantas horas sobre él crea un vinculo eterno (como en la peli de Avatar entre los tipos azules y los bichos voladores), pero el caso es que tú te sientas en el de casa, y enseguida todo encaja. El culo (van tres) entra perfectamente en el agujero, ni muy grande como para colarte, ni muy pequeño como para que los carrillos (no los de la cara), te hagan arrugas. La altura, la ideal, porque en nuestro vater las piernas siempre llegan al suelo sin necesidad de darte con las rodillas en la barbilla. La temperatura perfecta, evitando esa sensación térmica tan incómoda de culo (cuatro) frío. Y entonces tú te sientes el rey del mundo, por supuesto, sentado en su trono, y si ya te has llevado la PSP o un buen libro (más de la mitad de Los Pilares de la Tierra me lo leí ahí), entonces ya puede acabarse el mundo ahí fuera que tú no te levantas, al menos hasta que oyes a tu pareja diciendo: "¿Qué pasa, que te has caido por la taza?", y se rompe la magia.

Y da igual que el día de mañana te cambies de casa, que la compres en otra ciudad o incluso en otro pais, el caso es que en cuanto tú firmas la hipoteca, tu culo (cinco, por el cu.....pues eso) sufre una serie de mutaciones no controladas destinadas a adaptarse, desde el minuto cero, a la taza de tu casa nueva, y eso está científicamente probado (seguro que alguna Universidad de EE.UU. lo ha investigado, porque para otras cosas no, pero para tontunas siempre hay dinero).

Y hast aquí la entrada de hoy. Espero que la hayais leído sentaditos en vuestro vater, con vuestro movil, tablet, portátil, u odenador de sobremesa (en este caso, creo que si tienes un problema), y que al levantaros, hayais mirado a vuestra taza con ojitos melosos.

Un saludo y hasta pronto.

jueves, 23 de febrero de 2012

MANERAS DE VESTIR (II). ELLAS

Bueno, pues aquí está la segunda parte del post, la
más deseada, sobre todo por mis seguidoras. La verdad es que las hay que son un
poco masoquistas y puede que alguna, después de leer esta entrada deje de
hablarme.
Si para los hombre podíamos dividir la forma de
vestir en tres grandes grupos, a saber: trajeado (con su versiones Zara, Moda
Joven, Caramelo o a medida, depende de tu estatus), casual (con su versión
“Julián Muñoz”) y sport (con su díscola versión “pantalones cagaos”), para las
féminas no es tan fácil, ya que, como se suele decir, cada mujer es un mundo, y
en algunos casos hasta dos o tres mundos distintos en la misma
mujer.
Aún así voy a intentar agrupar.
Por un lado tenemos a aquellas que llevan el estilo
“Consultora”, es decir, siempre ropa neutra u oscura, negra, gris, colores que
no destaquen, formas que no resalten las formas, pantalones rectos o faltas,
también rectas, por debajo de la rodilla, chaquetas, jersey que tapan, blusas
blancas con volantes, es decir, todo ese tipo de ropa que hace pasar
desapercibida a la misma Pilar Rubio. El estilo “Consultora” viene a ser como el
“casual wear” de las monjas, más o menos.
También están las “fashionistas”. Esas que van
divinas de la muerte, con faldas de formas imposibles, blusas que necesitan un
manual para poder ponérselas y que cada cosa quede en su sitio, telas que deben
haber llegado a la tierra en meteoritos, y claro, entre tanta doblez, vuelta,
trabilla, cinturón, fruncido y colores, al final me da la impresión de estar
viendo un caramelo de cabalgata de reyes con patas (a veces más que con paras,
con palillos)
Y me pregunto, alucinado, ¿a qué hora se deben
levantar estas chicas? Supongo que por lo menos a las 4 de la mañana para que
las de tiempo a leer las instrucciones y poder ponérselo.
Luego están las, como se dice ahora, “princesas de
barrio”, vamos, lo que viene a ser de
toda la vida de Dios, las chonis. Aquellas cuya máxima es: “menos tela es más”.
Faldas cortas, pero cortas cortísimas, como se suele decir, cinturones anchos,
pantalones cortos, ajustadísimos, incluso algunas veces pantalones de licra o
cuero tan pegados a la piel que si se tiran pedo se les salen las
zapatillas.
Y eso escotes.
Qué decir de esos escotes. Pero muchachas, taparos,
que me vais a coger un refriado.
Y aquí debo hacer un inciso para comentaros una
cosa.
Si, lo reconozco, a los hombres se nos va la mirada
al escote cuando estamos hablando con vosotras.
Lo sentimos, de verdad, no es nuestra intención,
queremos miraros a los ojos, esa es nuestra verdadera motivación, pero algo en
nuestro interior nos obliga a bajar la mirada, y lo pasamos, no mal, fatal,
porque nos dan mucha vergüenza esas situaciones. Así que si alguna vez nos
pilláis con la mirada desviada hacia ciertas zonas comprometidas, por favor, no
nos lo tengáis en cuenta, simplemente apiadaros de nosotros. A cambio dejaremos
que nos miréis el culo…jejeje.
Y dejando de lado la ropa, pues ya sólo quedaría el
grupo de las que visten normal, que son la mayoría, y con las que al final nos
casamos, pasemos al tema complementos y maquillaje.
Y en estos temas, normalmente, el problema está
siempre en el exceso, porque yo he visto, por ejemplo, anillos que necesitan una
carretilla para pode ser llevados. Juro haber visto pequeñas ciudades creciendo
en esos anillos.
Y con el maquillaje tres cuartos de lo mismo. Hay
algunas que por la mañana tienen que montar el andamio y todo para poder echarse
las paletadas de pintura. Y supongo que eso no sale a no ser que se laven con
aguarrás.
Pero chicas, que a nosotros nos gustáis más
naturales, con vuestro defectillos, vuestras arruguitas, vuestras patas de gallo
y algún que otro pelo suelto que da alegría. Por eso nosotros, algunas
veces….bueno, bastante veces, no nos afeitamos, porque sabemos que también os
gustamos naturales, en plan salvaje, estilo hombre de las cavernas.
Y para terminar esta magnífica entrada, una última
reflexión, con la que seguro que estaréis de acuerdo conmigo.
Si un chico ve que un compañero suyo lleva una
camiseta o una camisa igual a la que él tiene, irá corriendo a decírselo, todo
orgulloso, porque esas cosas nos unen como machos, e incluso quedarán en
llevarla los dos el mismo día y ya serán como hermanos de camiseta para toda la
vida, que es un lazo más fuerte incluso que el de hermanos de
sangre.
Pero, ay, como una chica vea a otra con alguna
prenda que ella misma
tiene. Se callará, agachará la cabeza, avergonzada por si alguna de sus amigas
se ha dado cuenta y se lo comenta, y en cuanto llegue a casa intentará
deshacerse de esa prenda para no volver a verla nunca más. Y si ya, por
casualidades de la vida, llegan a coincidir las dos el mismo día, con la misma
prenda, eso es la hecatombe. Las dos estarán evitándose durante todo el día,
intentando no pasar ni cerca de la otra, y ambas dos, en cuanto lleguen a casa,
llevaran a cabo el proceso de destrucción y ocultación de las
pruebas.
En fin, resumiendo, que cada uno se ponga lo que
quiera, mientras a él le gusta, ¿Qué importa lo que los demás puedan opinar? Que
ya se sabe que las opiniones son como el culo, cada uno tiene el suyo y le
parece el mejor.
Hasta pronto.

MANERAS DE VESTIR (I)

Hace algún tiempo, una compañera vino con las uñas pintadas. Vale, hasta aquí
todo normal, lo que no era tan normal era ese color que se me puso. Creo que
junto a la Gran Muralla China, era lo único creado por el hombre que se podía
ver desde el espacio.

Y claro, esto me hizo reflexionar sobre la manera de vestir y
complementar en el trabajo.

He de decir que aquí en mi curro no tenemos uniforme, aunque hay alguna
amiga, como Gloria L. que dice que a ella la parecería fenomenal que lo
usáramos, que así no tendría que andar por las mañanas pensando qué ponerse. Bueno, yo he visto a
algunos que tampoco es que se lo piensen mucho (entre los que me
incluyo)

No, en serio, estaría bien tener uniforme. Pantalón gris de pinzas,
jersey de cuello de pico azul marino y camiseta blanca de cuello vuelto para
ellos. Falda a cuadros tableteada, blusa blanca y rebeca azul para ellas (más de
uno vería sus fantasías cumplidas). Y por supuesto el escudo grabado en el
pecho.

Y así, cada vez que termináramos algún proyecto bien, podríamos correr
por toda la sala, besando el escudo, como los futbolistas, haciendo algún tipo
de celebración absurda, como cuando ellos hacen que limpian las botas del que ha
marcado el gol, pues nosotros podríamos hacer como que limpiamos el teclado del
que haya hecho el bucle más complicado (este es un término informático que mucho
no entenderán, y los de la LOGSE, menos)

Pero hasta que nuestros jefes se decidan a imponer el uniforme (que
bonito sería vernos entrar y salir a todos a la vez, uniformados, llevando el
paso, saludando a nuestro director que, asomado al balcón, nos arengaría para
trabajar con más ahínco), pues hasta que esto suceda, cada uno va como quiere, o
como puede, o como le dejan.

En mi departamento, concretamente, la vestimenta es signo de categoría.
Tú eres un currito normal, que puede ir a trabajar en vaqueros y camiseta, pero
en cuanto te dan la noticia de que te hacen jefe, lo primero que tienes que
hacer es comprarte un traje, porque el cargo va acompañado de un cambio de
indumentaria, para poder distinguir a las distintas castas del departamento. Es
algo así como que te hacen jefe y ya tienes que ponerte corbata, para recordarte
que tienes la soga al cuello.

En otros departamentos no sucede lo mismo, ya que hasta los curritos más
básicos van en traje, menos los viernes, que se puede ir de “casual wear”, o lo
que es lo mismo, pantalones de pinzas y polo.

Y aunque aquí nos dejen venir, más o menos, como queramos, bien es cierto
que hay algunos/as que se pasan.

Tengo algún compañero que va con el look “pantalones cagados”, creo que
todos sabéis a lo que me refiero. Que eso está muy bien para ir por la calle
haciendo el ridículo, cada cual a lo suyo, pero vamos, me parece excesivo para venir al trabajo, que
esto no es Googles. Si los calzoncillos se llevan por debajo del pantalón
(excepto supermán, que tiene que dejarse las mallas finas con cada uno de sus
super cuescos), será por algo, que no tengo yo gusto por ver la ropa interior
que te has puesto (al contrario que nos sucede con las mujeres. Qué curioso
efecto, habrá que estudiarlo en profundidad), sobre todo porque la de los tíos,
excepto si nos olemos que puede haber plan, no suele ser muy bonita, nos
decantamos más por lo cómodo, pero eso sí, limpio, que ya nos lo decían nuestra
madres: “ponte ropa interior limpia, imagina que te pasa algo y te llevan al
hospital, que vergüenza si vas con los calzoncillos viejos.”

Lo normal, entre los que vamos de vaqueros, es que no tengamos muchos
reparos en ponernos los primero que pillamos del armario por la mañana. Esto
viene a ser: el vaquero (no unos vaqueros, sino “los vaqueros” que tocan ese
mes), camiseta y algo encima (polo, camisa a cuadros o jersey), que nos
quitaremos en cuanto entremos en la oficina, y “el abrigo”. Y es que nosotros,
cuando pillamos un abrigo calentito, cómodo, y que más o menos nos siente bien,
se convierte en nuestro mejor amigo y vamos con él a todas partes, sin importar
que sea un día de diario, fin de semana o nuestra boda.

Luego están los que llevan el estilo “Julián Muñoz”, esto es, camisa o
polo metidos por dentro del pantalón, y el pantalón subido hasta los mismos
sobacos, que tiene que ser como llevar un tanga con perneras. Además este estilo
lo suele llevar gente que no marca abdominales precisamente, bueno si, pero sólo
marca una abdominal, profusa y amplia, y claro, el estilo “Julián Muñoz” lo
único que consigue es potenciar sus “cualidades” y comprimir su, como diría mi a
amiga Kuki, su “carisma”.

Y no puedo terminar el repaso a la moda masculina de mi curro sin hacer
una mención especial a un chico que ya no sigue con nosotros, pero que marcó
tendencia. Con un estilo propio denominado “aprovechamiento integral de la
ropa”, que consistía en usar la misma ropa desde los 17 años, o al menos en
comprarse la misma talla. Camisas con los botones suplicando poder escapar, y
pantalones de vestir, no ya pesqueros, sino directamente piratas. Que en un tipo
alto como él, le conferían un aspecto altamente ridículo.

Y hasta aquí la moda masculina. Me reservo para el próximo post el repaso
a la indumentaria femenina, aunque desde ya advierto que puede haber comentarios
altamente machistas, influenciados más por la ignorancia que por la malicia, así
que agradezco cualquier aportación que vosotras, féminas currantas, podáis
hacerme.

EL MORRO ITALIANO ES ALARGADO

Hay canciones en la vida que parece que te han
acompañado siempre. Las tienes en tu
memoria, te vuelven cada cierto tiempo, te sorprendes a veces tarareándoles sin
venir a cuento e incluso, la mayoría de las veces, no sabes ni de quienes
son.

Pero están ahí, has crecido con ellas, forman parte de ti, y sin embargo,
nunca te has parado realmente a escucharlas, no sólo a oírlas, hasta que un día,
de repente…click, aunque se ajusta (o se desajusta) en tu cabeza multitarea, y
le prestas una atención especial.

Esto mismo me ha pasado recientemente con una canción muy conocida, esa
de “…la vida es así, no la he inventado yo…”, seguro que la mayoría la conoceis.
Se titula “El Jardín Prohibido”

Pues bien, otro día me la mandó mi amiga/compañera/contacto Ana M, en una
nueva versión cantada por Sergio Dalma. Y me dio por escucharla, detenidamente,
con atención. Y cuanto más la oía, más me asombraba, y cuanto más me asombraba,
más ganas me daban de oírla.
Os pongo la letra, y una traducción libre que he
hecho, para ayudaros a que la comprendáis.
Disfrutadla y, en caso de necesidad,
usadla.
EL JARDÍN PROHIBIDO – Sandro Giacobbe
(No podía
ser más que italiano)
Esta
tarde vengo triste y tengo que decirteque tu mejor amiga ha estado entre mis
brazos
(Este
tío es tonto. Si la parienta no te ha pillado con la cola fuera, ¿para qué lo
confiesas?)
sus
ojos me llamaban pidiendo mis cariciassu cuerpo me rogaba que le diera
vida.
(La
verdad es que la amiga es un poco pendón desorejado. Claro al pobre chaval se le
pone toda húmeda, y a ver qué va a hacer.)Comí del fruto prohibido dejando el
vestidocolgado de nuestra inconscienciami cuerpo fué gozo durante un
minuto,
(Bueno,
pero si encima el tío es eyaculador precoz “..mi cuerpo fue gozo durante un
minuto…”)mi mente lloraba tu ausencia.no lo volveré a
hacer más.No lo volveré a hacer más.
(Si,
claro, ahora, después de ponerle a la mujer unos cuernos que ni el padre de
Bambi.)Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojosdecían
cansados que eras tú, que eras tú.Que siempre serás tú.
(Que no
cariño, no sufras, que mientras la metía en caliente en realidad pensaba en ti.
Ja,ja,ja…pero que jeta que tiene este tío.)Lo
siento mucho la vida es asíno la he inventado yo.
(Es que
tu amiga la guarrona me lo puso a tiro, no podía hacer otra cosa. Claro, y la
patada en los huevos que te va a dar tu parienta también la va a sentir mucho,
pero la vida es así.)Si el placer me ha mirado a los ojosy cogido
por mano yo me he dejado llevar por mi cuerpoy me he comportado como un ser
humano
(Basicamente, que al ver a la otra enseñando las
bubis, se le fue toda la sangre al mismo sitio y dejó de
razonar.)lo siento mucho la vida es asíno la he
inventado yoSus besos no me permitieron repetir tu nombre, y el suyo
sípor eso cuando la abrazaba me acordé de tí(Este tío es mi ídolo. Dobles cuernos. A la
parienta por tirarse a la amiga, y a la amiga por estar pensando en la parienta
mientras se frotan)comí del fruto prohibidodejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia.mi cuerpo fué gozo durante un minuto,mi
mente lloraba tu ausencia.no lo volveré a hacer másno lo volveré a hacer
más
(No lo
volverá a hacer más. Al menos hasta que se le ponga otra a tiro. Pero que no
sufra la mujer, que luego se acuerda mucho de ella.)pues mi alma volaba a tu lado y mis ojosdecían
cansados que eras tú, que eras túque siempre serás tú
(Yo creo
que pensaba en su mujer como técnica para no irse tan rápido y que la amante no
se mosqueara)lo siento mucho la vida es asíno la he
inventado yoSi el placer me ha mirado a los ojosy cogido por mano yo
me he dejado llevar por mi cuerpoy me he comportado como un ser humanolo
siento mucho la vida es asíno la he inventado yo
(Un crack
el menda. Si alguna vez se me ocurre ponerle los cuernos a mi señora esposa, si
me pilla, la pongo esta canción, como escusa, que seguro que lo entiende
perfectamente y me perdona.)
…….
Pues bien, hablando con distintas féminas del
trabajo, todas llegaban a la misma conclusión, que si un italiano te pone los
cuernos, pero luego te pide perdón de esta forma, con estas palabras y con ese
acento suyo, pues que hasta le perdonas. Y les faltó decir que incluso le pones
un piso.
Es que decían que los italianos tienen mucho
carisma. Vamos, lo de siempre, que el tamaño del carisma sí que
importa.

Sois la leche las mujeres. Nosotros no nos dejamos engatusar por un
acento meloso (excepto si es de una bonaerense) , somos más básicos, nos basta con que se vea
algo de carne para hacer lo que nos digáis, y creernos cualquier cosa que nos
contéis.

Si es que en el fondo os lo ponemos muy fácil, hacéis con nosotros lo que
queréis, excepto con los italianos, que esos son vuestro talón de Aquiles. Por
eso viven en una bota.
Arrivederchi ragazze (y si cuela,
cuela)