lunes, 12 de junio de 2017

DE "ESPATARRING", DONACIONES E INDEPENDENCIA.

Voy a sentarme con las piernas y la boca bien cerradas.


Comentar y opinar en este país se está convirtiendo en deporte de riesgo. Twitter y Facebook, más allá de ampliar el espacio para el debate y el diálogo, se transforman en rancias tabernas patibularias, donde el insulto, el menosprecio, los argumentos carentes de lógica y basados únicamente en mantras mentirosos, son el pan nuestro de cada día.


Y si mis piernas piden la independencia la una de la otra, y se amplía la separación entre ellas, es por culpa del escroto opresor, que nos aliena y nos roba el espacio necesario para el desparrame justo e histórico de mis muslos bien torneados.


No quiero, por tanto, deciros que parte de mi anatómica nacionalidad, es la urna donde depositar la papeleta secesionista de mis turgentes apéndices inferiores.


Y si, por un casual, llegamos a un entendimiento, mi muslo izquierdo y el derecho, y decidimos aproximarnos al centro geográfico y testicular mí mismo, tal vez encontremos quien me acuse, no sin causa y justificación parvularia, de hacer una donación de espacio éticamente deleznable. ¿Cómo se me ocurre ceder parte de mi espacio, ganado sin duda con malas artes, a aquesta mujer o a aquel joven efebo?


Mejor vivir a disgusto que sentarse con armonía. Ya sabemos, los ideales son esas cosas que seguimos siempre que coincidan con lo que deseamos (y nos conviene).


Así que ya sabemos. Las donaciones solamente las podrán hacer aquellas personas cuyo trabajo sea éticamente correcto para la sociedad, con lo cual trabajadores de banca, abogados, empleados de telefonía e informáticos malignos, quedan excluidos. Los políticos no, puesto que he hablado de gente que trabaja.


Además la donación será proporcional a los ingresos. Antes de meter tu euro en la hucha de Cruz Roja, deberás presentar tu nómina, declaración patrimonial y certificado bancario de emolumentos a tu nombre. En ese momento, el representante agitador de hucha, determinará si el donativo es proporcional o si, por el contrario, debe hacerte depilación dolorosa de ingles con un esparadrapo usado.


Hago aquí un inciso para indicar la importancia de la tilde en el uso próspero del castellano. ¿Ustedes qué prefieren? ¿Un experto en ingles o un experto en inglés? Cada uno contestará en función de sus propias necesidades.


Fin del inciso.


Y volviendo al asunto de la reglamentación de la apertura adecuada de las extremidades inferiores, aunque es bien cierto que hay gente a la que se debe recordar por activa (a capones) o por pasiva (miradas de odio) la buena conducta en el transporte público (y privado), no es menos cierto que aquellos y aquellas que se sientan en sus respectivos acomodos, en modo “rodillas divergentes”, seguramente sean los mismos que, ante la presencia de personas más necesitas de asiento, tienen un interés desmedido por la lectura, la tortícolis  les impide levantar la mirada del suelo o se han comido todo un enjambre de moscas tse-tse, y por lo tanto, básicamente, la pegatina informativa de marras, se la sudará.


Yo soy más de crear empleo. Contratar hombre y mujeres, armados con buenas uñas, listos para dar pellizcos dolorosos, de los que dejan marca, a todos y todas aquellos y aquellas cuya educación queda olvidada cuando hacen su paso matutino por el wáter.


Pellizcos a discreción.


Pellizco al poligonero que atruena el tren con su música deleznable. Pellizco para la pesada cuyas conversaciones por el móvil, a grito vivo, no necesito conocer. Pellizco para el guarro de pelo grasiento que embauca a todos con su aroma de macho, de macho ibérico y porcino. Pellizco para la señora cuyo bolso y codo, impactan frecuente y violentamente, contra mi desprotegido costillar. Pellizco de glúteo para los que, a toda costa, quieren subir sin que terminen de bajar los que están dentro.


Íbamos a necesitar tantos pellizcadores profesionales, que dejaríamos la tasa de paro en el 8%.


Y como arreglar el mundo es complicado, al menos que tengamos una sonrisa marcada, aunque en algunos lugares, esa sonrisa valga un 3% más cara.

viernes, 27 de mayo de 2016

DE FOTOGRAFÍA, LINTERNAS Y BENEMÉRITA


“Entonces te gusta hacer fotos”

“Si, no se me da mal”

“¿En bodas, bautizos y demás?”

“No, soy más de fotografía nocturna”

Y entonces es cuando te miran con los ojos muy abiertos, y cara de “este tío está tonto…”

“Nocturnas…..con flash y eso”

“No, no…..no usamos flash”

Y ahí, definitivamente, tu interlocutor da un paso atrás, gira sobre sus talones y discretamente, huye, primero a pasitos cortos  para terminar alejándose a la carrera, intentando alejarse de ese psicópata que hace fotos a la oscuridad…..

Esta, más o menos, es la primera impresión que puede causar un fotógrafo nocturno, ante un neófito en tal materia.

Y es que suena raro, muy raro, eso de ir a hacer fotos por la noche…y que cuanta menos luz haya, mejor…es como si un cocinero dijera: “Soy cocinero antimateria, cuanta menos comida haya, mejor”…..bueno, bien  pensado, eso es lo que pasa en el Bulli…..

A lo que vamos, que la fotografía nocturna es una gran desconocida, como una champions para el Atleti. Han oído hablar de ella, pero no la han disfrutado. (Quizás este párrafamo me lo tenga que comer en 24 horas.)

Y realmente, si lo pensamos bien, ¿a quién, en su sano juicio, se le ocurrió por primera vez, hacer una foto por la noche?

Me imagino a un gran fotógrafo, de esos que exponen, de cuando se usaban carretes, presentando sus fotos a una galería, y el marchante pasando foto tras foto, y todas en negro, todas….y mirando al fotógrafo con cara de no saber  qué pasa, hasta que este le dice: no te asustes, es que estoy probando a hacer fotos nocturnas. Y así nació esta disciplina, de la vergüenza de un fotógrafo a reconocer que, en realidad, se le olvidó quitar la tapa del objetivo.

Pero bueno, la cosa ha evolucionado y los fotógrafos nocturnos ahora son los mejores clientes del conejito de duracell…..el de las pilas, no el del local ese con neones  de la A1.

Cualquier fotógrafo nocturno que se precie, ha de tener más linternas que pecas Pablo Motos…..grandes, pequeñas, largas, cortas, cálidas, frías, semis, desnatadas,  de luz roja, azul y verde…que algunos fotógrafos, en la mochila, tienen incluso que poner la señal de “peligro de electrocutación”.

Eso si, luego, se va la luz en casa, e iluminan con el móvil o con una vela, porque claro, las linternas son sagradas y sólo se usan para las fotos.

Otra cosa curiosa de estas aves nocturnas es que no les vale cualquier paisaje o entorno donde desarrollar su rara actividad. Cuanto más lejos, más desolado y de más difícil  acceso sea…mejor…son como Indiana Jones, pero con un trípode en lugar del látigo y un frontal donde debería estar el sobrero.

Que una persona cabal, en su sano juicio, pensaría: “Fotos nocturnas. Pues me voy a la Gran Via en Navidad y me salen unas fotos nocturnas cojonudas”

Pues no, ellos piensan: “Cuenca, 3 de la madrugada, paisaje desolado, sin luna, nubes a cascoporro, frío, invierno en mitad de la meseta castellana, una torre a punto de desmoronarse sobre mi y no tengo cobertura……este es el sitio perfecto, voy a sacar una linterna.”

Así son….

Y claro, luz que va, luz que viene, risas…..algún paisano del pueblo más cercano que lo ve y la benemérita que se presenta.

“Buenas noches señores. Que, ¿cazando gamusinos?”

“No agente, haciendo fotos.”

“Ya, haciendo fotos, de noche…..era más creible lo de los gamusinos. A ver, los papeles y vayan soplando aqui.”

Afortunadamente, no conozco a ninguno que haya acabado en el cuartelillo….al menos por estar haciendo fotos nocturnas, por otros temas, más privados, alguno da el perfil de que si…..

Aunque cualquier día si que acabarán detenidos, porque otra de sus pasiones es colarse en lugares prohibidos.

Allá donde haya un hospital abandonado, rodeado de alambre de espinos, donde unas ruinas estén vigiladas por un guarda, donde un parque natural se encuentre protegido, allá habrá un fotógrafo nocturno dispuesto a arriesgar su integridad física, que no la de su cámara, en busca de un encuadre virgen.

Y en este punto, hay que hablar de lo celosos que son de sus descubrimientos. He visto a muchos de ellos, acariciando un papel con coordenadas y diciendo: “Miiio, mi tesoro.”

Que dos fotógrafos nocturnos pueden estar hablando de fotos, encuadres, linternas y objetivos durante horas y horas, de buen rollo, pero como a uno de ellos se le ocurra preguntar: “¿Y dónde está este sitio?”……..se hace un silencio sepulcral, una mirada fría y cargada de odio le recorrerá y, a partir de entonces  entrará a englosar  la lista negra de los aprovechados, que eso es peor que estar en la lista de morosos.

Bien, ya tenemos el lugar, alejado, peligroso, nocturno y abandonado de la mano de Dios. Tenemos la luz perfecta, o sea, ninguna. Tenemos el material, cámara (con nombres tipo Cannon Mark 7, full highway to heaven HD Explorer 9), linternas (decenas de ellas), trípode (de esos que adoptan posturas que ni las mejores actrices porno), el bocadillo que le ha preparado su pareja y la botellita de agua. Y al fin…hacemos la foto. 3 horas de carretera, 1 de andar por desfiladeros y caminos de cabras, otra de bajar porque se ha olvidado la linterna mini pro de luz azulada en tono verdoso, otra hora de vuelta a subir, dos horas más de colocación del trípode, encuadre, este no me gusta, quita que sales meando, esa brizna de hierba me hace reflejo, cambio de sitio, ilumina tú, no, ilumina tú, tontorrón, ostras que no me he traido el disparador, bocadillo, luces, cámara, acción….y al final, te vuelves con una foto…..una foto….12 horas…una foto.

“¿Me puedes enseñar la foto que hiciste anoche?”



“NOOOOOOOOOO…..¿Cómo me pides eso? ¿me quieres hundir en la miseria? Ay señor, llévame pronto. ¿Cómo me pides que te enseñe la foto……………si aún la tengo sin procesar?”

Sin procesar.

Sin procesar….

Procesar…

Cesar….

Aaaaar……

Si señoras y señores….12 horas, una foto, pero no se puede mostrar antes de procesarla. Antes de que ajusten en una micra ese brillo, antes de que el color negro del cielo, no sea negro, sino “tirando a negro”, antes de que esa estrella que me ha hecho traza de 0,00000001 milímetros quede perfecta, antes de que ese musgo verdeazulado que está sobre una china, en el fondo de la imagen, tras el árbol robusto y viril, quede en tono verde.

Si para hacer la foto se tarda unas cuantas horas, para procesarla se pueden tardar días, semanas e incluso hay gente que años después sigue procesando sus primeras fotos.



Pero bueno, así les tenemos entretenidos y no molestan.

Si, han leído bien, les tenemos, porque yo no soy un fotógrafo nocturno, yo soy pareja de una afamada fotógrafa nocturna. Soy el que se queda en casa, salvaguardando el hogar, el que sufre al calor de la mantita cuando fuera está nevando, el que prepara el bocadillo de salchichón, el que mete la pata cuando dice: “esa foto parece día” y ella me mira con odio mal disimulado y contesta con los dientes chirriando: “es contaminación lumínica”.

Como decía la canción: “Yo, soy esa”.

Pero al final, cuando después de tanto sufrimiento, frío, carretera, cabreo, desolación y falta de sueño, ves que terminan la foto, y que sonríen, y que son felices, entonces sabes que todo eso, ha merecido la pena.

viernes, 6 de mayo de 2016

DE NECEDADES, CAJONES DE MADERA Y AURRESKUS.


Decía John Stuckman que: “La necedad y la ignorancia son inaceptables en todo momento, excepto en la propia muerte”. Y debía tener algo de razón el bueno de Stuckman, puesto que él mismo acabó sus días rodeado de ingentes cantidades de libros, pero reconociendo que jamás había leído uno de ellos, lo cual no impidió que llegara a ser uno de los más reconocidos politólogos de la época victoriana.

 

Por aquella época, afortunadamente, no existía la televisión y la radio, y los tertulianos quedaban restringidos a selectos club de caballeros y a anodinos periódicos donde,  ¡oh!, ¡asómbrense!, primaba más la información que la opinión, al menos de forma regular, y la única influencia que podía tener la gente que se agolpaba en oscuras fábricas y en lúgubres fumaderos de opio, provenía de los vociferantes predecesores políticosindicales que,  subidos a un cajón de madera, llamaban de forma vehemente a la siempre intangible lucha de clases.

 

Tal vez en nuestra parodiada actualidad, carga de colores influyentes, discursos revisados y medidas camisetas de Carrefour, deberíamos optar por subir a nuestros políticos, desnudos de asesores y opinadores, de lameculos y fetichistas del poder, y simplemente auparlos a un cajón de madera y, sin papeles cargados de tintas efectistas, dejar que su natural verborrea se desparrame entre los oídos cansados de la gente, sin más artificio, que el temblor nervioso de sus labios.

 

Eso y hacerles firmar lo que prometan con sangre, un vínculo sagrado e indestructible entre un representante del pueblo y su pueblo, y si el incumplimiento es continuado e insostenible, lapidación pública con calcetines usados y paseo de la vergüenza, des nudos, por las calles de la capital, tocando a arrebato y bien acompañados por un grupo de dantzari ejecutando tras ellos un singular aurreskucon incontables puntapiés en sus fofos culos deformados por el sillón de polipiel.

 

Tal vez nunca progresaríamos como país independiente, moderno y perspicaz, pero lo que nos íbamos a reír no tendría precio, y libre de IVA y de Euribor.

Imagino largos pasillos de venerables pensionistas, garrota en mano, formando un locuaz túnel de madera, dispuestos a desfogar sus frustraciones de ancianos furibundos, sobre los abotargados lomos del político infractor.

O a esas madres, de rulo en ristre, que desde las gradas montadas a tal efecto en el paseo del Prado, blandirían sus cuarteadas zapatillas de casa, listas para arrojarlas, con efecto boomerang, sobre las alopécicas coronillas de los ministros salientes, dolientes e, inexcusablemente, plañideros.

 

Y todo esto venía a colación de hablar de los tertulianos, esos seres enrarecidos, enardecidos, victoriosos siempre y que lo mismo te opinan de la socialdemocracia centroeuropea, como te disertan, sin despeinar sus peluquines teñidos, sobre un fuera de juego medido con cartabón y escuadra, incluso aunque no hablen de fútbol.

 

Tertulianos que no solo opinan, si no que crean opinión, muchas veces tan insípida como desmedida. Y los hay de toda clase y disciplina. Hay tertulianos conocidos de micrófono y cámara en rostro, tertulianos de bar que sirven de altavoz distorsionado de lo que les gusta escuchar y cuyo cerebro filtra alabanzas y deslices en función de su propia opinión tergiversada. Existen tertulianos de peluquería y sala de espera del médico, tertulianos rosas, abanderados de la estupidez más sibilina y caótica, tertulianos amarillos e incluso tertulianos salmón, que no son capaces, ni de remontar el río que les vio nacer, más por aburrimiento ajeno, que por falta de carácter.

 

¿Y qué pinta en todo esto el bueno de John Stuckman? Nada en absoluto, porque como habrán descubierto los más avispados, y los que se hayan preocupado de buscar  en internet al desleído politólogo victoriano, dicho personaje no existe más que en la caótica cabeza de quien les escribe. Ni la cita es de nadie, más que mía propia, ni tampoco se le puede encontrar a la misma mucho sentido, la verdad. Tan sólo los puse ahí, al fantasmal personaje y a su inexistente verborrea, para demostrarles, ávidos lectores, que cualquier texto que comience con una cita, puede llegar a ser mucho más interesante, o al menos dar apariencia de que, quién les embelesa desde las palabras, parece mucho más listo y preparado de lo que realmente es.

 

No se dejen llevar por las apariencias, no sucumban a las palabras rebuscadas y ornamentales, no se dejen influir por las onomatopeyas y las hipérboles desmedidas. Dejen que su propio juicio sea eso mismo, suyo propio y aspiren a ser ustedes mismos, los propios tertulianos de su mente.

 

Feliz fin de semana y prósperos sueños.

miércoles, 18 de abril de 2012

PUNTO POMADA, Y PUNTO.


Advertencia: Entrada dirigida a las cupcakeadictas. Aviso, hay más términos raros que en un manual de álgebra y estadística juntos.

Cupcake, cakepop, buttercream, icing sugar, fondant, sugarflair, CMC, tragacanto…y lo que te rondaré morena.

¿Me he vuelto loco? ¿Me ha dado por hablar idiomas raros? ¿Estoy poseído por el maligno?

Pues si,  todo eso y algo más.

He descubierto el maravilloso, embaucador, enigmático y rosado mundo de la repostería creativa.

Recién exportado por las más mujeres más independientes, sofisticadas y pijas de la televisión (Sex in the City), aunque yo creo que todo esto es una conjura de los fabricantes de mantequilla y azúcar glas, porque el consumo de dichos productos se ha debido disparar algo así como un millón por ciento desde hace más o menos un par de años.

Y es que, como sigamos a este paso, no va a haber vacas suficientes para hacer toda la mantequilla que vamos a necesitar las cupcakeadictas. Y si, habéis oído (o leído más bien), he dicho “LAS”, porque este mundo es básicamente, y con excepciones, femenino en todas sus extensiones, así que cuando uno de nosotros se adentra en este azucarado mundo, y se pone su primer delantal rosa, queda atrapado por toda la gama de colores pastel, y para muestra, la foto que os pongo (no os riais demasiado….bueno, si, reiros).

El caso es que hace cosa de un año me dio por mirar la página de una tal Alma (www.objetivocupcake.com), una chavalita que está empezando en esto, y que bueno, no se la da mal del todo….me quedé prendando de aquellas cosas que en mi casa siempre se habían llamado magdalenas (o madalenas, según lo diga mi madre o mi abuela), y que ahora se llamaban cupcakes, con aquellos colores, que fijo tenían que ser radioactivos, aquellas formas imposibles, y esos sabores y olores que daban ganas de lamer la pantalla (el que no haya estado a punto de hacerlo alguna vez, que tire el primer esténcil).

Total, que me puse a escarbar un poquito más y me decidí a hacer algún curso, más que nada para aclarar mis dudas, porque entre la glasa, el fondat y el buttercream, tenía un cacao en mi cabeza que ni el chocolate sin azúcar de valor.

Mi primera opción fue intentarlo en uno de los cursos de Alma, pero, sinceramente, el día que salen los cursos, eso es peor que el primer día de rebajas, cuando las marujas se pegan por unos pantalones pitillo que no les caben, pero son tan baratos….es la guerra poder conseguir plaza en los cursos, creo que ni con recomendación  Real se puede. Alma, si estás leyendo esto, se sincera, ¿qué echas en el café que todas quieren repetir?

Descartada esa primera opción, busqué algo más cercano, y descubrí  DeCake (www.decake.com) , muy cerquita de El Retiro. DeCake es….es…es la tienda de cupcakes por antonomasia, es todo lo que cualquier cupcakeadicta sueña por las noches tras aspirar un poco del azúcar glas que revolotea por el aire al hacer el buttercream. Decake es rosa, y creo que esa es la mejor forma de explicar cómo es.

Me vine con unas galletas de Halloween divinas de la muerte y la sensación de que me había quedado enredado en una tela de algodón de azúcar.

Y a partir de ahí una obsesión por los colorantes más brillantes, los aromas más extraños y los cortadores de pasta con las formas más imposibles.

Y como consecuencia de todo ello el mayor y más fascinante descubrimiento que he podido hacer en este mundo: Dulces Ilusiones (www.dulcesilusiones.com) y su dueña, creadora, profesora, entusiasta, emprendedora, vivaraz y siempre sonriente Natalia al frente.

Si DeCake es rosa y todo lo que ello involucra, DI (es que escribir tantas veces Dulces Ilusiones, al final parece un trabalenguas) es verde….y lo que eso implica, por distinto, por esperanza, por luminoso…que más puedo decir, hay que ir y verlo, y sobre todo conocer a Natalia.

Ella es de esas personas que cuando las ves sabes que se entusiasman con lo que hacen, que lo viven las 26 horas del día, y eso se nota cuando ejerce de profesora.

Y bueno, una vez pasado este paréntesis peloteril, volvamos a lo que nos ha traído hasta aquí: los cupcakes, porque después de toda esta parrafada, algunos os preguntareis: “Pero en el fondo, ¿qué **** es un cupcake?” Bueno, pues como he dicho al principio, un cupcake es, básicamente, una magdalena que ha pasado por Adelgar, es decir, ha perdido su panza, pero que la ha compensado con un floreado y edulcorado vestido de madrina de honor.

Y para que esta entrada sea didáctica a la par que divertida, os voy a explicar alguno de los conceptos básicos para los neófitos y los curiosos:

                Glasa: mezcla de azúcar glas y claras de huevo. Tiene dos puntos básicos: como cola de carpintero y como pasta de dientes. Y viendo estas definiciones, aún no se cómo esto ha podido triunfar. ¿De verdad os comeríais algo si os digo que puede parecer cola de carpintero o pasta de dientes?

                Fondant: Simplificando, es como plastilina comestible, aunque para los menores de 3 años no hay diferencia entre una y otra, las dos les parecen bien ricas. Es una masa de azúcar y, seamos sinceros, es muy bonita, se puede modelar, hacer mil figuras, flores y todo lo que nuestra imaginación sea capaz de alcanzar (si, cochinos, cosas cochinas también, pero hay niños leyendo esto y no es momento de contar más), pero en el fondo no hay dios que sea capaz de comerse una figura de fondant, porque es puro azúcar, y si lo haces, fijo que (perdón por lo escatológico) , te salen las almorranas garrapiñadas.

                Colorante: Bufff, aquí hay de todo. Imagina un color, el más raro, el más imposible, pues existe en pastelería. Los hay de varios tipos: en gel, líquidos, en polvo, vamos, como los lavavajillas.

                Aromas: Lo mismo que con los colorantes, hay de todo, desde el normal de limón o vainilla, hasta los más extraños, como coca cola o aroma de mantequilla para echar a cosas hechas con mantequilla…..doble mortal sin red.

Buttercream: Esta es la crema que se suele poner por encima de los cupcakes, una crema hecha a base de mantequilla y azúcar glas y a la que se puede añadir, básicamente, cualquier cosa que tengas en la nevera, desde queso de untar, hasta fresas o chorizo. Y aquí dejo la idea por si alguna (¿Alma?) se  atreve a hacer unos cupcakes de garbanzos con chorizo, si es que Ferrán Adriá no lo ha hecho ya.

Y esto es lo básico, que luego nos podemos meter a ver todos los cacharritos que se pueden usar, desde cortadores de galletas a moldes de silicona o mi preferido, las boquillas para mangas pasteleras. Yo, antes de todo esto pensaba que sólo había dos tipos de boquilla para manga pastelera: la de hacer churros y la de echar la nata, pero para nada. Literalmente, hay decenas. Para hacer flores, para hacer hojas, para hacer cestas, de estrella abierta, de estrella cerrada, lisas, y cada una de ellas en distintos tamaños, lo que viene siendo, básicamente, una locura. Yo sólo digo que a partir de este mes, tengo domiciliada mi nómina en la tienda de Dulces Ilusiones.

Y aún queda lo mejor de todo, porque este fin de semana (21 y 22 de abril), se celebra Expotarta (www.expotarta.com), algo así como un salón de comic, pero el lugar de frikis peludos disfrazados de Sailor Moon y dulces féminas caracterizadas de zombies sangrientos, tendremos frikis puestos hasta arriba de azúcar glas dispuestos a dilapidar su sueldo del mes en los artefactos más variopintos, y entre ellos me incluyo. Por cierto, ¿veremos a alguna disfrazada de cupCake, con gorrito y todo? Yo apuesto que si.

Y recordad algo muy importante que os podrá salvar en más de una ocasión: el azúcar glas de la Thermomix no sirve.

Pues eso ha sido todo por hoy,  que espero que os haya gustado y divertido. Que si no conocíais este mundo, aún estáis a tiempo de huir de él y vivir una vida normal, y si ya lo conocíais, entonces seguro que nos vemos en Exportarta.

miércoles, 14 de marzo de 2012

YO SI SOY TONTO (I). PAGAR POR SUFRIR.


Pues si, lo confieso, yo pago por sufrir. Y no, no es que ahora me haya dado por practicar sadomasoquismo (cuando estás pasado de kilos, el cuero ajustado no sienta tan bien), es algo parecido, pero no incluye cera caliente en los pezones y pinzas en el escroto, de momento.

El martes pasado, sobre las 19:50 de la tarde estaba yo sudando, jadeando, realizando un ejercicio rítmico, pélvico, y lo peor de todo es que no estaba echando un polvo, estaba en plena sesión de spinning (para los de la logse, spinning es un deporte, no es nada relacionado con tuenti ni twitter ni mierdas de esas, al contrario que con esto último, el spinning se practica rodeado de gente de verdad a la que, sobre todo, puedes oler).

Pues si, estuve 45 minutos de mi valiosa vida pasándolo mal, maldiciendo cada cambio de potencia, cada subida de ritmo, cada pedalada que retumbaba en mis piernas como si una vorágine de hormigas rojas indignadas estuviera acampando en mis hermosos gemelos, con sudor corriendo por mi cara, medio ciego, medio asfixiado….en fin, lo que viene a ser un desastre, un pellejo de persona. Y luego, a final de mes, me cascan 45 eurazos.  G-I-L-I-P-O-L-L-A-S

“Angel, tú estas tonto.” – Retumbaba en mi cabeza mientras un chico alto y joven me gritaba desde un escenario: “Vamos clase, todo está en vuestra cabeza, subimos una más” -  ¡Tú puta madre en la cabeza!. Coño, que no paraba el tío de rajar, mientras yo tan sólo podía jadear y boquear como un salmón fuera del agua. Había momentos que sólo le faltaba decir: “A mediodía…….alegría y otra subida” para parecer Leticia Sabater con rabo (bueno, nadie descarta que la original también disponga de semejante órgano).

Total, que después de esta experiencia, donde en los últimos minutos incluso veía una luz al fondo de un túnel oscuro (no descarto que fuera porque tenía la cabeza contra la pantallita del velocímetro), vosotros pensareis que ya no vuelvo más…..pues no, no solo voy a volver, si no que ya llevo más de dos meses sufriendo cada martes y jueves cual cristiano en circo romano, solo que estos no tenían que ser devorados por los leones al ritmo machacón del Máquina Total XIV……..bum, bum,bum…..ains, quién fuera cristiano (Ronaldo, mejor)

Y es aquí, cuando la sangre ha vuelto a mi cuerpo, cuando he recuperado mi espíritu, escurrido de la toalla de sudor, cuando he pensado que si, que somos tontos, pero no tontos de tontos, si no tontos de gilipollas, y he pensado en todas las veces que pagamos para sufrir. ¿Alguna vez os habéis parado a pensarlo? ¿No?  ¿Ni sentados en la taza del vater?

Paso a describiros algunas de tales situaciones, y seguro que al terminar de leer, os mirareis al espejo  y os diréis: “¿tú estás tonto o qué?”



Situación 1: Depilación.

                Chicas, ya sea con epilady, cera, cuchilla o laser, he de deciros una verdad que no queréis asumir: Duele, si, y mucho.

No os podéis creer todo lo que sale en la tele. ¿Es que no os dais cuenta que esas chicas de los anuncios, antes de depilarse ya tienen las piernas libres de pelos? ¿Qué se van a quitar, la piel? Jamás he visto un anuncio de depilación en la que primero salga una chica con las piernas peludas cual Pantoja y luego con las piernas como las de un bebé. Y lo peor de todo es que también os creéis que nuestras maquinillas de afeitar  nos van a dejar como a los de los anuncios…..¡Por Dios Santos, que esos tíos no han tenido barba en su vida, que seguro que son “nenucos”!



Situación 2: Dieta.

                Esto, más que un sufrimiento físico, que también existe, sobre todo para la pareja y allegados de quien hace dieta, es un sufrimiento mental, porque por mucho que te digan que es la dieta de la alcachofa, la de la piña o de la Dunkan Dhu, y que no se pasa hambre, si, se pasa hambre, os lo digo yo, y más que hambre es ansiedad por las cosas que no puedes comer.  Coño, que cuando estás a dieta hasta la hamburguesa de pescado del McDonals te parece apetitosa……bueno, no, me he pasado. Y claro, lo que te cuesta, no sólo si vas a una clínica, si no todas las mierdecillas que tienes que comprar. Báscula para pesar miligramos de grasa, salvado de avena (esto no lo comen ni las gallinas ya), proteínas en polvo….con lo bueno que es comerse un filete lleno de proteínas y luego echar un polvo.



Situación 3: Tatuaje.

                Mirad, si yo un día me presento en vuestra casa y os digo que os voy a hacer una herida usando una aguja que os voy a clavar como 1000 veces por segundo, y que encima la herida se os puede infectar….vamos, los más suave que me hacéis es darme un collejón que se me ponga la nuca en la nuez, pero claro, si os lo hace un tío con más aros en el cuerpo que Cobi y cara de mal hostia, no sólo lo hacéis alegre y felices, sino que encima le pagáis una pasta por haceros un garabato en el cuerpo, que si eso os lo hace vuestro hijo con el boli le tenéis castigado hasta que Pablo Motos se deje ganar en algún juego.



Y así se podría seguir con un largo etc, como por ejemplo pagar por unos zapatos con tacón de 20 cm que sabes que te van a destrozar los gemelos y las espalda, y que para lo único que van a servir es para que la mujeres se rían de tu caminar de pato mareado y los hombres se fijen tan sólo en tu culo respingón.



Y no me quiero despedir sin  mencionar la situación por antonomasia en la que hay gente que paga, y una pasta gansa de verdad, por sufrir, no sólo durante 5 minutos, 1 día o 1 mes, sino que sufren y mucho, por años y años y años. Los socios del Atlético de Madrid.

Y aquí lo dejo.

jueves, 1 de marzo de 2012

El misterio de la taza

El otro día me vino la inspiración, y viendo el título de la entrada, supongo que sabreis donde me vino.
Si, en ese lugar de retiro espiritual, donde todo hombre se encuentra consigo mismo, donde el tiempo fluye a otro ritmo, y los minutos se desvanecen como acuarelas bajo la lluvia, hasta que se te duermen las piernas y ya no te puedes levantar.

Si, señoras y señores, estoy hablando del vater (¿water, w.c., excusado, baño?), lugar de peregrinación, donde incluso el más afligido encuentra alivio, y si no, que se lo pregunten a Carmen Machi o José Coronado (la cara de mal hostia de Santos Trinidad es fruto de dejar de comer bífidus. Y es que esas cosas, a la larga, enganchan).

Y estando yo concentrado, meditabundo, inmerso en mis pensamientos y en mis esfuerzos, me vino a la cabeza una idea: "¿cómo es posible que el vater de cada uno sea el más cómodo y adecuado para su culo? (supongo que en un blog se puede poner culo, que lo mismo lo revisa el señor Google y me lo tacha)"

¿No lo habeis pensado nunca? ¿Nunca os ha surgido una cuestión como esa?, supongo que no, porque entonces habríais ido corriendo a crear un blog para plasmarlo, porque supongo que eso es lo que se hace normalmente en estos casos.

Bueno, a lo que vamos, que nos desviamos del tema, y si hablamos de vateres y de desviar, nos llevamos una bronca seguro, sobre todo si somos hombres (si, chicas, a veces no podemos controlar la presión y algo se nos escapa fuera. No seais crueles y no nos lo tengais en cuenta)

Da igual que vayas al hotel más caro del mundo, el mejor, 6 estrellas super premium plus con jacuzzi dentro la piscina, dentro de la habitación, dentro de la cama, que a tí te viene el apretoncillo, vas a ese baño reluciente, con marmol que brilla como si fueran espejos, con el suelo calentito, hilo musical, papel higiénico de seda, te sientas en la taza y..........no, que no le pillas tú el sitio, que te remueves, te levantas, miras por si no has levantado la tapa (que puede ser), te vuelves a sentar, acomodas el culo (y van dos veces), levantas las piernas, estiras los brazos y nada de nada, no estás cómodo, así que terminas corriendo, deseando levantarte cuanto antes de ese potro de tortura aterciopelado, y piensas lo que todos hemos pensado: "Como el de casa, ninguno". Y ahora permitidme ser un poco escatológico, pero es que cagar (perdon señor Google) con prisa no es bueno, cada cosa requiere su tiempo.

Y es que es cierto, yo no se porqué, pero como el vater de nuestra casa, ninguno. Será que le tenemos pillada la medida, o que tantas horas sobre él crea un vinculo eterno (como en la peli de Avatar entre los tipos azules y los bichos voladores), pero el caso es que tú te sientas en el de casa, y enseguida todo encaja. El culo (van tres) entra perfectamente en el agujero, ni muy grande como para colarte, ni muy pequeño como para que los carrillos (no los de la cara), te hagan arrugas. La altura, la ideal, porque en nuestro vater las piernas siempre llegan al suelo sin necesidad de darte con las rodillas en la barbilla. La temperatura perfecta, evitando esa sensación térmica tan incómoda de culo (cuatro) frío. Y entonces tú te sientes el rey del mundo, por supuesto, sentado en su trono, y si ya te has llevado la PSP o un buen libro (más de la mitad de Los Pilares de la Tierra me lo leí ahí), entonces ya puede acabarse el mundo ahí fuera que tú no te levantas, al menos hasta que oyes a tu pareja diciendo: "¿Qué pasa, que te has caido por la taza?", y se rompe la magia.

Y da igual que el día de mañana te cambies de casa, que la compres en otra ciudad o incluso en otro pais, el caso es que en cuanto tú firmas la hipoteca, tu culo (cinco, por el cu.....pues eso) sufre una serie de mutaciones no controladas destinadas a adaptarse, desde el minuto cero, a la taza de tu casa nueva, y eso está científicamente probado (seguro que alguna Universidad de EE.UU. lo ha investigado, porque para otras cosas no, pero para tontunas siempre hay dinero).

Y hast aquí la entrada de hoy. Espero que la hayais leído sentaditos en vuestro vater, con vuestro movil, tablet, portátil, u odenador de sobremesa (en este caso, creo que si tienes un problema), y que al levantaros, hayais mirado a vuestra taza con ojitos melosos.

Un saludo y hasta pronto.

jueves, 23 de febrero de 2012

MANERAS DE VESTIR (II). ELLAS

Bueno, pues aquí está la segunda parte del post, la
más deseada, sobre todo por mis seguidoras. La verdad es que las hay que son un
poco masoquistas y puede que alguna, después de leer esta entrada deje de
hablarme.
Si para los hombre podíamos dividir la forma de
vestir en tres grandes grupos, a saber: trajeado (con su versiones Zara, Moda
Joven, Caramelo o a medida, depende de tu estatus), casual (con su versión
“Julián Muñoz”) y sport (con su díscola versión “pantalones cagaos”), para las
féminas no es tan fácil, ya que, como se suele decir, cada mujer es un mundo, y
en algunos casos hasta dos o tres mundos distintos en la misma
mujer.
Aún así voy a intentar agrupar.
Por un lado tenemos a aquellas que llevan el estilo
“Consultora”, es decir, siempre ropa neutra u oscura, negra, gris, colores que
no destaquen, formas que no resalten las formas, pantalones rectos o faltas,
también rectas, por debajo de la rodilla, chaquetas, jersey que tapan, blusas
blancas con volantes, es decir, todo ese tipo de ropa que hace pasar
desapercibida a la misma Pilar Rubio. El estilo “Consultora” viene a ser como el
“casual wear” de las monjas, más o menos.
También están las “fashionistas”. Esas que van
divinas de la muerte, con faldas de formas imposibles, blusas que necesitan un
manual para poder ponérselas y que cada cosa quede en su sitio, telas que deben
haber llegado a la tierra en meteoritos, y claro, entre tanta doblez, vuelta,
trabilla, cinturón, fruncido y colores, al final me da la impresión de estar
viendo un caramelo de cabalgata de reyes con patas (a veces más que con paras,
con palillos)
Y me pregunto, alucinado, ¿a qué hora se deben
levantar estas chicas? Supongo que por lo menos a las 4 de la mañana para que
las de tiempo a leer las instrucciones y poder ponérselo.
Luego están las, como se dice ahora, “princesas de
barrio”, vamos, lo que viene a ser de
toda la vida de Dios, las chonis. Aquellas cuya máxima es: “menos tela es más”.
Faldas cortas, pero cortas cortísimas, como se suele decir, cinturones anchos,
pantalones cortos, ajustadísimos, incluso algunas veces pantalones de licra o
cuero tan pegados a la piel que si se tiran pedo se les salen las
zapatillas.
Y eso escotes.
Qué decir de esos escotes. Pero muchachas, taparos,
que me vais a coger un refriado.
Y aquí debo hacer un inciso para comentaros una
cosa.
Si, lo reconozco, a los hombres se nos va la mirada
al escote cuando estamos hablando con vosotras.
Lo sentimos, de verdad, no es nuestra intención,
queremos miraros a los ojos, esa es nuestra verdadera motivación, pero algo en
nuestro interior nos obliga a bajar la mirada, y lo pasamos, no mal, fatal,
porque nos dan mucha vergüenza esas situaciones. Así que si alguna vez nos
pilláis con la mirada desviada hacia ciertas zonas comprometidas, por favor, no
nos lo tengáis en cuenta, simplemente apiadaros de nosotros. A cambio dejaremos
que nos miréis el culo…jejeje.
Y dejando de lado la ropa, pues ya sólo quedaría el
grupo de las que visten normal, que son la mayoría, y con las que al final nos
casamos, pasemos al tema complementos y maquillaje.
Y en estos temas, normalmente, el problema está
siempre en el exceso, porque yo he visto, por ejemplo, anillos que necesitan una
carretilla para pode ser llevados. Juro haber visto pequeñas ciudades creciendo
en esos anillos.
Y con el maquillaje tres cuartos de lo mismo. Hay
algunas que por la mañana tienen que montar el andamio y todo para poder echarse
las paletadas de pintura. Y supongo que eso no sale a no ser que se laven con
aguarrás.
Pero chicas, que a nosotros nos gustáis más
naturales, con vuestro defectillos, vuestras arruguitas, vuestras patas de gallo
y algún que otro pelo suelto que da alegría. Por eso nosotros, algunas
veces….bueno, bastante veces, no nos afeitamos, porque sabemos que también os
gustamos naturales, en plan salvaje, estilo hombre de las cavernas.
Y para terminar esta magnífica entrada, una última
reflexión, con la que seguro que estaréis de acuerdo conmigo.
Si un chico ve que un compañero suyo lleva una
camiseta o una camisa igual a la que él tiene, irá corriendo a decírselo, todo
orgulloso, porque esas cosas nos unen como machos, e incluso quedarán en
llevarla los dos el mismo día y ya serán como hermanos de camiseta para toda la
vida, que es un lazo más fuerte incluso que el de hermanos de
sangre.
Pero, ay, como una chica vea a otra con alguna
prenda que ella misma
tiene. Se callará, agachará la cabeza, avergonzada por si alguna de sus amigas
se ha dado cuenta y se lo comenta, y en cuanto llegue a casa intentará
deshacerse de esa prenda para no volver a verla nunca más. Y si ya, por
casualidades de la vida, llegan a coincidir las dos el mismo día, con la misma
prenda, eso es la hecatombe. Las dos estarán evitándose durante todo el día,
intentando no pasar ni cerca de la otra, y ambas dos, en cuanto lleguen a casa,
llevaran a cabo el proceso de destrucción y ocultación de las
pruebas.
En fin, resumiendo, que cada uno se ponga lo que
quiera, mientras a él le gusta, ¿Qué importa lo que los demás puedan opinar? Que
ya se sabe que las opiniones son como el culo, cada uno tiene el suyo y le
parece el mejor.
Hasta pronto.